En otro plano de la existencia, la foto se la tomó su novia cuando se iba a estudiar por seis meses a Europa. Habían dormido juntos y se levantaron tarde esa mañana. Pero él no podía salir de su casa sin cagar. ¡Puta madre, Adrian! ¡No puedes hacer eso cuando regreses del aeropuerto!. ¡NO! ¡No es lo mismo! ¡Cuando empieza no hay que detenerlo!. Ella se viste rápido, no se lava los dientes ni la cara, no desayuna. No queda mucho papel higiénico en el baño así que él le pide que le alcance un rollo. ¡No jodas, Adrian! ¡Ya estamos tarde! Divide el poco papel que le queda en trocitos y hace lo que puede. En respeto al apuro de ella, sale del baño sin lavarse las manos. Eso, a decir verdad, no es algo muy raro en él (ni en algunos hombres). Llegan al aeropuerto a la loca pero bien porque el avión todavía no parte. Ella con la cara con grasa y el aliento con toda la saliva nocturna que ha estado moviéndose en su boca dormida. El con el culo medio sucio y las manos con un tono algo mostaza que, felizmente, no es visible a simple vista. Ella se va. Se miran. Te miro, me miras. Se abrazan. Tu cuerpo, mi cuerpo, nuestro cuerpo. Por suerte, la mierda no se mueve de las manos de él. Ella se dirige a la zona de embarque y cuando voltea por última vez él le apunta con el dedo, tan varonil, y ella, que es rápida le toma la foto
Yo otra vez, y otro plano de la existencia. Esta en el backstage del concierto de Philadelphia grabando la serie esa donde hace de una estrella de cine recién llegada, o algo así. Se está ganando con la presentación de Stevie Wonder. Mejor dicho, se está ganando con Stevie Wonder. mmm, Stevie está fuerte, parece que se está alimentando bien, mmm, demasiado bien. Como para levantarle el vestidito ese que tiene puesto y bambolearnos mientras canta superstition. ¡Oh Stevie! ¡Tú eres mi Superstition! ¡Oh Stevie, me cuelgo de tu cuello de tronco de árbol y me balanceo! ¡Tu sudor, Stevie! ¡Puríficame con tu sudor! ¡Oh Stevie, sepultame bajo tu cuerpo! Aunque, a decir verdad, más interesante está el enorme baterista negro de Paul McCartney que me parece que antes fue baterista de Prince. Así que la acción se pasa a Londres y está en el backstage mientras Paul y su banda tocan y el negro toca con una energía, ¿por qué no me pegas así, negro?, estampa tus brazos en mi cuerpo, ooooohhhhh. Idea para una composición: Me gustaría ser los pantalones del baterista de Paul McCartney mientras toca la batería (¿cómo se llama? ¡una guía telefónica, por favor!), no, mejor, los calzoncillos blancos y largos del baterista de Paul Macca mientras le da golpes a la batería y le hace los coros al tío. Ooohhh, así, las bolas derramadas sobre mi, sudor en mi espalda, ooohhh, así.
Otro plano de la existencia, aunque no muy diferente: Señala al negrazo, fornido y agarrado que se encarga del mantenimiento en el estudio y que está riquísimo (como diría Jaime Bayly) y se dice: A ese negrazo me lo debería cachar, ese culazo tiene que ser mío.
El negrazo lo ve y piensa que está saludándolo y felicitándolo por el buen trabajo que hace; no puede pensar otra cosa: Tal vez sea un maldito blanco que quiere matar a todos los negros del planeta pero mejor no piensa eso más porque no quiere que lo boten de su trabajo y porque en el fondo él también siente algo por ese chico con apariencia salvaje pero que está pidiendo a gritos que lo domen, que lo domestiquen como el zorro de El Principito; así que le sonrie tímidamente y hace una reverencia. Inesperadamente, el chico le responde con una sonrisa más amplia y por eso él agranda más la suya como si fuera una competencia de la sonrisa más larga pero sin llegar a enseñar los dientes, todavía no. (continuara)
7 comentarios:
akito, yo quiero tener ese pelo!!! que hago? lo dejo crecer sin lavármelo???
Parece que dijera: A ése de allí le voy a dar muy duro por atrás.
En otro plano de la existencia, la foto se la tomó su novia cuando se iba a estudiar por seis meses a Europa. Habían dormido juntos y se levantaron tarde esa mañana. Pero él no podía salir de su casa sin cagar. ¡Puta madre, Adrian! ¡No puedes hacer eso cuando regreses del aeropuerto!. ¡NO! ¡No es lo mismo! ¡Cuando empieza no hay que detenerlo!. Ella se viste rápido, no se lava los dientes ni la cara, no desayuna. No queda mucho papel higiénico en el baño así que él le pide que le alcance un rollo. ¡No jodas, Adrian! ¡Ya estamos tarde! Divide el poco papel que le queda en trocitos y hace lo que puede. En respeto al apuro de ella, sale del baño sin lavarse las manos. Eso, a decir verdad, no es algo muy raro en él (ni en algunos hombres). Llegan al aeropuerto a la loca pero bien porque el avión todavía no parte. Ella con la cara con grasa y el aliento con toda la saliva nocturna que ha estado moviéndose en su boca dormida. El con el culo medio sucio y las manos con un tono algo mostaza que, felizmente, no es visible a simple vista. Ella se va. Se miran. Te miro, me miras. Se abrazan. Tu cuerpo, mi cuerpo, nuestro cuerpo. Por suerte, la mierda no se mueve de las manos de él. Ella se dirige a la zona de embarque y cuando voltea por última vez él le apunta con el dedo, tan varonil, y ella, que es rápida le toma la foto
Yo otra vez, y otro plano de la existencia. Esta en el backstage del concierto de Philadelphia grabando la serie esa donde hace de una estrella de cine recién llegada, o algo así. Se está ganando con la presentación de Stevie Wonder. Mejor dicho, se está ganando con Stevie Wonder. mmm, Stevie está fuerte, parece que se está alimentando bien, mmm, demasiado bien. Como para levantarle el vestidito ese que tiene puesto y bambolearnos mientras canta superstition. ¡Oh Stevie! ¡Tú eres mi Superstition! ¡Oh Stevie, me cuelgo de tu cuello de tronco de árbol y me balanceo! ¡Tu sudor, Stevie! ¡Puríficame con tu sudor! ¡Oh Stevie, sepultame bajo tu cuerpo!
Aunque, a decir verdad, más interesante está el enorme baterista negro de Paul McCartney que me parece que antes fue baterista de Prince. Así que la acción se pasa a Londres y está en el backstage mientras Paul y su banda tocan y el negro toca con una energía, ¿por qué no me pegas así, negro?, estampa tus brazos en mi cuerpo, ooooohhhhh. Idea para una composición: Me gustaría ser los pantalones del baterista de Paul McCartney mientras toca la batería (¿cómo se llama? ¡una guía telefónica, por favor!), no, mejor, los calzoncillos blancos y largos del baterista de Paul Macca mientras le da golpes a la batería y le hace los coros al tío. Ooohhh, así, las bolas derramadas sobre mi, sudor en mi espalda, ooohhh, así.
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Otro plano de la existencia, aunque no muy diferente:
Señala al negrazo, fornido y agarrado que se encarga del mantenimiento en el estudio y que está riquísimo (como diría Jaime Bayly) y se dice: A ese negrazo me lo debería cachar, ese culazo tiene que ser mío.
El negrazo lo ve y piensa que está saludándolo y felicitándolo por el buen trabajo que hace; no puede pensar otra cosa: Tal vez sea un maldito blanco que quiere matar a todos los negros del planeta pero mejor no piensa eso más porque no quiere que lo boten de su trabajo y porque en el fondo él también siente algo por ese chico con apariencia salvaje pero que está pidiendo a gritos que lo domen, que lo domestiquen como el zorro de El Principito; así que le sonrie tímidamente y hace una reverencia. Inesperadamente, el chico le responde con una sonrisa más amplia y por eso él agranda más la suya como si fuera una competencia de la sonrisa más larga pero sin llegar a enseñar los dientes, todavía no.
(continuara)
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