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Recuerdo... así empezaba el último texto de los varios que forman el libro "Matame. La historia oral del punk". Jerry Nolan, antiguo baterista de los New York Dolls, de los Heartbreakers de Johnny Thunders y, sobre todo, compañero de ruta de este último, rememora en su lecho de muerte la vez en que su hermana mayor lo llevó a un concierto de Elvis Presley, el primer concierto de rock'n'roll que presenció. Nolan recuerda que le impresionó mucho la emoción de la audiencia, su hermana rendida ante la avasalladora presencia de Elvis, gritando como cualquiera; sin embargo, se estremeció de verdad cuando se fijo bien en ese chico que estaba contorneándose en el escenario. Especificamente, cuando observó sus zapatos; estaban rotos. Eso, lejos de decepcionarlo le hizo dar cuenta de que Elvis era un muchacho común y corriente, uno de los nuestros, un pobre diablo más, un peladito, de no estar en ese escenario cantando con ese talento único que tuvo. En ese momento fue que Jerry Nolan se dió cuenta de que eso era el rock y que quería formar parte de él.
Outtake: Uno de los nuestros, como ese chico cobrador de la línea Chama que va por la Vía Expresa y que sólo he visto una vez pero que bastó para impresionarme. Tan macho y tan chiquillo a la vez; con su camisa medio verde, medio gris, semi abierta que mostraba los pelos en el pecho y te hacia que ascenderieras hacia su expresión en el rostro que no terminaba de cuajar: Los ojos que podrían deshacerse en una lágrima pero que, a la vez, sobreviven en la creencia de que podrán resistir la tormenta y la unión de los labios que se quebraría con un solo movimiento del viento y, sin embargo, se mantendrán firmes ante cualquier injuria o queja - yo siempre pago un sol - se apretaran y abrazaran hasta que llegue la calma o las palabras adecuadas. Ese rostro era un postre recién hecho que uno ve en la mesa o en el molde todavía y anhela probar pero sabe que no puede porque está caliente o mi mamá está mirando y me ve cogerlo y grita ¡NO, que te puedes quemar! Y esos labios que sútilmente señalan hacia el progreso debían quemar también, pronunciados, empinados como a la búsqueda de un beso repentino y ¡no, que estoy trabajando!.
4 comentarios:
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Recuerdo... así empezaba el último texto de los varios que forman el libro "Matame. La historia oral del punk". Jerry Nolan, antiguo baterista de los New York Dolls, de los Heartbreakers de Johnny Thunders y, sobre todo, compañero de ruta de este último, rememora en su lecho de muerte la vez en que su hermana mayor lo llevó a un concierto de Elvis Presley, el primer concierto de rock'n'roll que presenció. Nolan recuerda que le impresionó mucho la emoción de la audiencia, su hermana rendida ante la avasalladora presencia de Elvis, gritando como cualquiera; sin embargo, se estremeció de verdad cuando se fijo bien en ese chico que estaba contorneándose en el escenario. Especificamente, cuando observó sus zapatos; estaban rotos. Eso, lejos de decepcionarlo le hizo dar cuenta de que Elvis era un muchacho común y corriente, uno de los nuestros, un pobre diablo más, un peladito, de no estar en ese escenario cantando con ese talento único que tuvo. En ese momento fue que Jerry Nolan se dió cuenta de que eso era el rock y que quería formar parte de él.
Outtake: Uno de los nuestros, como ese chico cobrador de la línea Chama que va por la Vía Expresa y que sólo he visto una vez pero que bastó para impresionarme. Tan macho y tan chiquillo a la vez; con su camisa medio verde, medio gris, semi abierta que mostraba los pelos en el pecho y te hacia que ascenderieras hacia su expresión en el rostro que no terminaba de cuajar: Los ojos que podrían deshacerse en una lágrima pero que, a la vez, sobreviven en la creencia de que podrán resistir la tormenta y la unión de los labios que se quebraría con un solo movimiento del viento y, sin embargo, se mantendrán firmes ante cualquier injuria o queja - yo siempre pago un sol - se apretaran y abrazaran hasta que llegue la calma o las palabras adecuadas. Ese rostro era un postre recién hecho que uno ve en la mesa o en el molde todavía y anhela probar pero sabe que no puede porque está caliente o mi mamá está mirando y me ve cogerlo y grita ¡NO, que te puedes quemar!
Y esos labios que sútilmente señalan hacia el progreso debían quemar también, pronunciados, empinados como a la búsqueda de un beso repentino y ¡no, que estoy trabajando!.
¿Inquisitive? ¿Qué miércoles es inquisitive? Si van a joder que, al menos, jodan bien
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